Page 86 - 4 Trabajo en equipo
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“La ambición es el camino al éxito; la tenacidad, el vehículo en que se llega”. Bill Eardley
ted lo ha logrado y, además, muestra
las aptitudes necesarias para liderarlo,
contará con este tercer mérito ganado
en buena ley.
La dedicación al trabajo y
la generosidad para con la
empresa y los compañeros
Cuando la natural ambición de esca-
lar laboralmente o ganar un salario
más alto se transforma en obsesión
o leit motiv de todas sus acciones,
difícilmente puede alguien no de-
mostrar apego a su tarea, y una ge-
nerosa entrega para con la empresa
y sus compañeros. El egoísmo y el
egocentrismo nunca tienen buena
reputación en el seno de una orga-
nización. En cambio, si usted es un
buen colaborador de quienes lo ro-
dean, y piensa antes en los buenos
resultados de la empresa que en su
propia e inmediata conveniencia, sin
dudas estará en la mira de quienes
tienen la responsabilidad de promo-
cionar a nuevos líderes.
Porque usted lo merece
Parecería carente de toda lógica que
alguien se sienta mal luego de haber
alcanzado una meta. Sin embargo,
ocurre, de pronto, que en quien ha
logrado un ascenso laboral aparece
una sensación de culpabilidad que lo
conduce a una gran incomodidad y,
con cierta frecuencia, a destrozar lo
conquistado.
Una de las razones que empujan
hacia este tipo de actitudes está di-
rectamente relacionada con la psiquis.
Concretar un deseo significa haber
alcanzado un objetivo, pero también
quedarse sin dicho deseo, lo cual pue-
de producir una sensación de vacío.
Póngase inmediatamente un nuevo
desafío por delante y ese estado de
ánimo desaparecerá.
Otra de las razones se vincula con cier-
tos prejuicios sociales. Suponer que
un logro en el ámbito laboral, como
puede ser el de transformarse en jefe,
es a expensas de los demás constituye
un grave error de enfoque respecto de
las circunstancias que lo produjeron.
La elección de un candidato depende
de quienes deben tomar la decisión,
y para hacerlo contabilizan toda una
serie de habilidades y aptitudes que el
elegido debe reunir. Ni la decisión ni
las consideraciones emanan del selec-
cionado, por lo cual no podría tener
responsabilidad alguna. Piense siem-
pre que fueron sus valores los que lo
llevaron hasta ahí, a triunfar en una
sana y lógica competencia.
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