Page 32 - 4 Trabajo en equipo
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“Para saber hablar es preciso saber escuchar”. Plutarco
Capítulo 3
Hay tres situaciones en que un
líder puede negar una palabra de
aliento: nunca, nunca y nunca.
Tenemos dos orejas
y una sola boca…
El título alude a un viejo dicho que
nuestros padres y abuelos repetían
cuando querían que escuchára-
mos y que no solo habláramos. Y
es que en el proceso de la comu-
nicación es tan importante escu-
char como hablar.
Una conversación puede ver-
se como si fuera una danza en-
tre dos personas en la que una
y otra alternan el habla y la es-
cucha en una secuencia rítmica.
Quizá debamos admitir que le
damos más importancia al habla
y dejamos en un segundo plano
la escucha. Quizá porque en el
esquema de la comunicación
el que escucha ocupa el lugar
del receptor, como si fuera un
cuenco vacío al que se le arro-
jan palabras. Sin embargo, el
que escucha cumple un rol
tanto o más activo que el
que emite los contenidos,
las palabras.
Para referirnos al as-
pecto activo de la es-
cucha, es necesario
marcar una diferencia
muy importante entre
escuchar y oír. ¿Cuál
es esa diferencia?
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