Page 114 - 4 Trabajo en equipo
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“Imagine, imagine. Siempre quedará algo de ello”. Bernard Demory
Capítulo 12
suele manejar. Y esto no es mera
extravagancia.
Volvamos a ejercitar nuestra ima-
ginación. Supongamos que se trata
de lanzar un nuevo detergente y lo
que el empleado dice es: “A mí no
me importa porque son todos igua-
les”. El líder los pone a todos a tra-
bajar sobre por qué “todos los de-
tergentes son iguales” y por qué el
nuevo no lo es. O dice: “No sé, yo
no lavo las tazas”, y la materia de
la reunión que se reinicia es quién
suele lavar las tazas y a quién debe
dirigirse el mensaje del nuevo pro-
ducto. O el empleado muestra sus
No desechar una opinión
“En el mundo de la ciencia no hay es-
pacio para el señor Edison”, dijo un aca-
démico de su época, ya que el notable
creador no tenía una gran formación
científica. Pero los descendientes de
aquel señor hoy gozan de los aportes
del infatigable Thomas Alva que paten-
tó más de mil inventos.
manos y dice: “Yo no arruino mis
manos con eso”, y entonces habrá
que trabajar sobre la idea que se
tiene del deterioro de las manos de
quien usa detergente.
Volvamos al punto. Se trata de
suspender el juicio sobre cualquier
opinión, por burda o descabellada
que parezca, y por el momento te-
nerla en el banco de las ideas a tratar.
2 Aceptar e incluso estimular
las asociaciones libres
Todas nuestras ideas, al momento
de ser emitidas, han sido pasadas
por un filtro que censuró lo que creí-
mos inconveniente o fuera de lugar.
Y la imaginación, a la que alguien
llamó “la loca de la casa”, pierde
así algo o bastante de su frescura
original. Nadie conoce el origen del
manantial de la creatividad; a menu-
do las ideas nos vienen en un sue-
ño, o las percibimos al despertar y
no sabemos de dónde llegaron. La
mente trabaja siempre, y nuestro
filtro puede ser una red de pesca-
dor con malla demasiado estrecha.
Una asociación libre puede unir co-
sas en apariencia disparatadas, pero
un buen líder estimula a que se diga
(como anteriormente se estimuló al
camarero) lo primero que viene a la
mente, pues eso es seguramente lo
que el censor racional que habita en
nosotros ocultará. ¿Y por qué pri-
varnos de ello?
3 No contentarse con un
número básico de ideas
Como en una encuesta en la que el
mayor número de personas entre-
vistadas garantiza un mejor resulta-
do, en el acopio de ideas una mayor
cantidad de ellas nos dará un mayor
número de puntos de vista a tratar.
A veces es bueno estimular una ter-
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