Page 113 - 4 Trabajo en equipo
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“La originalidad es sencillamente… un par de ojos nuevos”. T.W. Higginson
que tendían a romper todo prejui-
cio, a revalorar la espontaneidad y
a poner en juego toda la capacidad
creativa de la mente liberándola de
las ataduras individuales.
En una materia como la publici-
dad, donde siempre parece que para
cada producto ya está todo dicho,
este método fue tan fructífero que
luego su autor publicó, en 1953, un
famoso libro sobre la imaginación
aplicada, obra que sirvió desde en-
tonces de inspiración a miles de em-
presas de cualquier rubro. La lluvia
de ideas tiene por objetivos:
– Obtener un máximo de ideas posi-
bles sobre un tema.
– Alentar las ideas ajenas, no impor-
ta de quién provengan.
– Aumentar la probabilidad de res-
puestas adecuadas.
– Combinar los mejores aportes y
perfeccionarlos.
– Hallar la mejor solución final que
sea posible.
Una tormenta deseable
Si venimos señalando la posibilidad
de que un líder se anime a buscar
una salida ingeniosa a un problema
habitual, no es menos meritorio que
ese líder forme un equipo tal que la
imaginación sea puesta en su punto
de ebullición y se obtenga lo mejor
de cada participante. Las reglas bá-
sicas de este método son:
1 Excluir toda crítica inicial
a cualquier aporte de
cualquier persona
A veces, una idea es descartada o
subestimada por la consideración
que se tiene de la persona que la
emite. Eso produce una cerrazón
mental o una limitación que se pa-
rece mucho a la que tiene cualquier
enfoque individual. Imaginemos una
escena: se está llevando a cabo una
reunión de directorio y en una pausa
entra un empleado a servir café.
El líder del grupo entonces le
plantea someramente cuál es el mo-
tivo de la reunión y le pide su pun-
to de vista. El empleado se cohíbe y
se rehúsa a opinar de algo que no
sabe, pero el líder lo incita a que
diga al menos una oración, lo prime-
ro que se le ocurra, sobre la materia
del encuentro.
El buen hombre, sintiéndose
obligado, lanza su frase y se va, tal
vez entre las miradas socarronas de
los participantes. Entonces el líder
anota lo dicho por el camarero y
propone a los presentes trabajar a
partir de esa idea, que seguramente
no es la de un gerente, pero
que puede aportar la visión de
la calle o que, al carecer de los
condicionamientos habituales de la
profesión, puede tener una frescura
o una lógica ajena a la que el grupo
Cuando la solución llega entre todos
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