Page 35 - 3 Metas y logros
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“Cuando alguien habla demasiado, sus palabras suenan sin oírse”. Konrad Adenauer
Sin embargo, pese a su aparente
sencillez, el proceso comunicativo
no es simple; más aún, buena parte
de los conflictos entre las personas
tienen sus raíces en los “malos en-
tendidos”, o sea, en no haber com-
prendido correctamente el mensaje
del otro, o en que un mensaje no
haya sido bien formulado.
Qué y cómo
Dos factores son imprescindibles para
que quien emite un mensaje logre
que este llegue correctamente hasta
quien lo recibe:
– Que se haya comprendido exac-
tamente la información que se de-
sea transmitir. Nadie puede explicar
correctamente aquello que no com-
prende del todo. La comunicación
basada en supuestos, en datos no
oficiales, en certezas que no son ta-
les, es la que conduce a comprensio-
nes erróneas y a conclusiones, si no
falsas, al menos distorsionadas.
– Que se elija el canal más apro-
piado para hacerlo. El vínculo entre
una persona que emite un mensaje
y otra que lo recibe siempre es un
canal. Si ese canal no es el adecuado
para transmitir una determinada in-
formación, esta sufrirá distorsiones.
Cuando un jefe debe comunicar una
decisión empresarial que afecta a los
empleados, y que debe ser explica-
da detalladamente, hacerlo en for-
ma escrita y escueta es, por ejemplo,
un serio error: con frecuencia estos
avisos generan controversias en los
diferentes ámbitos laborales. Es me-
jor hablar cara a cara, cuidar ento-
naciones y énfasis, y comprobar que
hemos sido entendidos.
Utilizamos la comunicación con
diversos propósitos: informar, po-
lemizar, expresar sentimientos, etc.
Vale decir que la comunicación es
para los seres humanos un recurso
definitivo, trascendental e imprescin-
dible; sin ella sería imposible la vida
en sociedad. Comunicarnos satisfac-
toriamente hará mucho más fácil y
agradable nuestra vida cotidiana y
nos habrá de permitir triunfar más
rápidamente en el ámbito laboral.
Algunos vicios
Pese a todos estos motivos, hay
que admitir que en ocasiones nos
comunicamos mal o solo de mane-
ra parcial. Y esto sucede por varias
razones.
No transmitimos bien lo que
sabemos
Tener conocimiento de algo no sig-
nifica necesariamente poder trans-
mitirlo. Saber sobre un tema suele
llevarnos a dar por sentados ciertos
aspectos de la cuestión que el otro
no conoce, pero solemos suponer lo
contrario: no explicamos algo porque
pensamos que el otro ya lo sabe. Esta
es una fractura de la comunicación
muy frecuente, incluso en el ámbito
académico. Por eso sabemos reco-
Saber comunicar
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