Page 77 - 2 Pensar en positivo
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“No confíes solo en tu esfuerzo. Agrégale fe y perseverancia”. Abel Cortese
con un sentimiento de transforma-
ción más poderoso, se impondrá el
miedo. Si ese sentimiento es “yo
puedo”, usted sin duda podrá.
Los tres escenarios descritos por
Baudouin remiten casi en forma di-
recta a dos factores que son esen-
ciales para alcanzar con éxito el
proceso de autosugestión: la perse-
verancia reforzada con la atención,
ya que la idea es que generemos
hábitos diferentes de los que gestan
conductas que deseamos modificar.
Paso a paso
En un curso dedicado a gerentes
de empresas, Edward A. Rodríguez
propone tres pasos para comenzar
el camino.
Elegir un hábito que quera-
mos incorporar
Supongamos que, en el terreno la-
boral, deseamos ser más ordenados
y cuidadosos con los compromisos
diarios. Propongámonos, entonces,
apuntar en un cuaderno todas las
tareas que tenemos para el día si-
guiente, y revisarlo apenas entramos
en la oficina y a media tarde.
Pensar en los beneficios que
brindará el nuevo hábito
La incorporación de un hábito siem-
pre exige un esfuerzo que, si no
tiene recompensa, nos impulsa a
abandonar la misión. Pensemos,
entonces, en tres beneficios que nos
dará el hábito: ascender de puesto
más rápidamente, no padecer malos
momentos por los olvidos, y poder
proyectar nuestra tarea diaria dismi-
nuyendo sobresaltos. Luego agre-
guemos las gratificaciones que di-
chos beneficios traerán aparejadas:
ganar más dinero, salir de vacacio-
nes sin preocuparse por lo que no
se haya hecho, etc. Dice Rodríguez:
“Este es un proceso de autosuges-
tión extremadamente efectivo. Si lo
haces bien y de manera constante,
le enviarás un mensaje a tu subcons-
ciente de que esta acción te trae pla-
cer, y muy pronto se convertirá en
parte del programa que estará co-
rriendo en tu vida”.
Pagar el precio inicial
Para generar un hábito son impres-
cindibles, como hemos apuntado, la
perseverancia y la atención. Ambas
cosas requieren que nos privemos de
la comodidad de la dispersión y que
pongamos en marcha la voluntad
para perseverar atentamente. Tam-
bién estar pensando continuamente
en ello (autosugestión) reclama es-
fuerzo. Sin embargo, si al cabo de
20 o 30 días hemos logrado incor-
porar un hábito que no solamente
nos brindará beneficios materiales,
sino que nos posibilitará vivir mejor
y más felices, el precio que hemos
pagado habrá valido la pena.
La mente que quiere, puede
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