Page 45 - 2 Pensar en positivo
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“El gusto de la concentración productora debe reemplazar, en un hombre ya maduro, al gusto de la
desperdigación”. Charles Baudelaire
objetos que penden o están apoya-
dos en ella, por ejemplo, dos cua-
dros, una silla, un reloj, etc. Observe
cada elemento detenidamente tra-
tando de retener los detalles de los
diferentes objetos (color, forma, dis-
tancia del piso y del techo, tamaño).
Una vez que crea que ha memo-
rizado cada detalle de cada objeto,
cierre los ojos y procure reproducir
mentalmente lo que ha visto. Es muy
probable que falle en los primeros
intentos. Abra los ojos, trate de fijar
lo que se le ha escapado y vuelva a
intentarlo.
Una vez logrado el objetivo, es
decir, que con los ojos cerrados haya
logrado reproducir correctamente
detalles y posición de cada objeto,
salga del cuarto y dedíquese a lo que
tenga que hacer en ese momento.
Al concluir esa tarea, y sin volver a
entrar en el dormitorio, intente otra
vez reproducir mentalmente la esce-
na de la pared en la que se había
concentrado.
Es muy probable que vuelva a fa-
llar. El tiempo transcurrido, con se-
guridad, borró algunos detalles. Re-
pita el procedimiento una vez más,
primero dentro del cuarto y luego
fuera de él. Su poder de concentra-
ción irá aumentando gradualmente,
y en el segundo o tercer intento al-
canzará el objetivo.
Una vez conquistada la prime-
ra meta, ponga bajo observación
dos paredes (la anterior y una más).
Proceda de la misma forma: prime-
ro con los ojos cerrados dentro del
cuarto, y luego fuera de él tras ha-
ber tenido otras ocupaciones.
En el momento en que usted lle-
gue a ser capaz de efectuar con éxi-
to el ejercicio, reproduciendo men-
talmente cada detalle del cuarto (las
cuatro paredes, el piso y el techo),
habrá adquirido un dominio tan
enorme de su capacidad de con-
centración que ninguna tarea que
se proponga quedará fuera de su
alcance.
Saber focalizar
La gota y el torrente
“La criatura más débil, al concentrar
su energía sobre un solo objeto puede
realizar grandes cosas; mientras que el
hombre más fuerte y el más hábil que
disperse sus fuerzas sobre muchas co-
sas no lleva a cabo ninguna. Una gota
que cae continuamente consigue ho-
radar la roca, mientras que el torrente
impetuoso la inunda sin dejar huellas”.
Thomas Carlyle
Un último elemento que es impor-
tante subrayar para que la concen-
tración se transforme en una aliada
y no en una suerte de penitencia, es
la regularidad y la periodicidad.
Entre los buenos hábitos que he-
mos señalado a lo largo de toda la
obra figura el orden. Una vez más,
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