Page 87 - CUADERNO2
P. 87
que vivía feliz a pesar de no tener ya
sus púas consigo. Y como siempre fue
amable con sus amigos, ellos no podían
dejar que la serpiente se lo comiera después
de haber hecho tanto por los demás.
Poquito a poco los animales del bosque se
fueron acercando hasta conseguir abalanzarse
sobre el temido animal. Con ayuda de todas
y cada una de las púas que el erizo había
regalado, consiguieron atemorizar a la serpiente,
que huyó despavorida y sin comer.
El erizo había entregado todas sus púas en favor
de la amistad, y el destino supo responder
convenientemente a su noble gesto.
397 palabras
85