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“Avanza con confianza en la dirección de tus sueños”. Henry David Thoreau
sus preguntas y no las respuestas del
escritor eran las importantes.
—Dígame, señor Dumas: ¿es cier-
to que usted es, disculpe, cuarterón?
Con ese término se designa-
ba al hijo de español y mestiza, o
viceversa.
—Sí, claro —respondió Dumas,
por otra parte orgulloso de sus an-
cestros—; lo soy.
—Entonces su padre era…
—Mi padre era mulato.
—¿Y su abuelo, señor Dumas?
Algo contrariado pero sin que un
músculo de su rostro lo evidenciara,
el interrogado respondió:
—Mi abuelo era negro.
La falta de discreción de aquel
hombre era tal que volvió a preguntar:
—¿Y acaso sabe qué era su
bisabuelo?
Dumas respondió con firme-
za, pero haciendo gala de un gran
humor que suplantaba al enojo
mejorándolo:
—Mi bisabuelo era un mono,
estimado señor. Mi estirpe comien-
za donde la suya, evidentemente,
termina.
Dumas estaba seguro de sí, era
consciente de su importancia, pero
no se atribuía tanta como para indig-
narse y perder la ocasión de sonreír.
Yo también
Otro gran autor de teatro fue Geor-
ge Bernard Shaw (1856-1950), solo
que su carácter era menos afable
que el de Dumas, y su humor era
más cáustico. Shaw, que había na-
cido en Dublín, Irlanda, ganó el Pre-
mio Nobel de Literatura en 1925, y
también un Oscar en 1938 por su
guion de Pigmalión. Ni qué decir
que todas las damas pudientes de
Londres, que hacían reuniones su-
puestamente culturales o que sim-
plemente querían tenerlo bajo su
techo, lo asediaban con invitaciones
de todo tipo.
De cara al futuro: los ganadores sonríen
Para recordar
“Casi toda sonrisa es producto de otra
sonrisa”. Frank A. Clark
“La sonrisa habla todos los idiomas”.
G. Willer
“Preséntate con una cara alegre. Es tu vi-
trina, tu escaparate, tu mejor publicidad”.
David Brandtberg
Cierta vez en que el escritor se
abocaba a terminar una de sus obras,
con el estrés que ello implica, una de
aquellas señoras con tiempo de so-
bra le escribió: “Lady… hace saber al
señor George Bernard Shaw que per-
manecerá en su residencia desde las
7 p.m. en adelante”.
En medio de su tarea, el talento-
so irlandés no arrugó el papel ni lo
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