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“Al afecto se debe el noventa por ciento de toda felicidad sólida y duradera”. Clive Staples Lewis
El otro pan
Tres psicólogos, E. Barrull, M. P.
González y P. Marteles, que han
trabajado intensamente la cuestión
del afecto, lo postulan como una
necesidad primaria del ser humano.
Necesidades primarias, recordemos,
a diferencia de las secundarias, son
aquellas que el hombre requiere in-
defectiblemente para vivir, como el
oxígeno o la comida, por ejemplo.
Dicen los autores: “Queremos de-
mostrar que sin una cantidad de
afecto, ningún ser humano es capaz
de sobrevivir o, lo que es lo mismo,
que sin una cierta cantidad de afec-
to todo ser humano enferma y mue-
re irremediablemente”.
La razón de tan tajante afirma-
ción es que los tres especialistas
definen al afecto como: “todo acto
(comportamiento) de ayuda, protec-
ción, cuidado, etc., que contribuya
a la supervivencia de otro ser vivo”.
Visto desde esta nueva perspecti-
va, muchísimo menos difusa que las
definiciones tradicionales, es obvio
que, por ejemplo, ningún niño sería
capaz de sobrevivir si no recibiera
de sus padres, o de quien fuera, tal
acto afectivo.
En paralelo, digamos que así
como el niño requiere inexorable-
mente la presencia y el trabajo de
otras personas en su provecho para
poder sobrevivir, lo mismo nos ocu-
rre a todos los seres humanos como
especie: necesitamos de los demás
para poder vivir. Recordemos que,
si bien los ermitaños existieron a lo
largo de toda la historia, los huma-
nos establecieron la primera ley de
la especie que fue la de agruparse
en tribus para la caza, la protección
y el cobijo. Sin dientes de combate
ni garras, y con una fuerza física mu-
cho menor que la de sus potenciales
depredadores, el hombre no hubie-
se podido sobrevivir si no lo hacía en
comunidad.
Entre la afinidad y el afecto
El término “afinidad“ está decididamen-
te ligado a la palabra “afecto“, aunque
en determinados puntos la excede. Afini-
dad es cercanía, concordancia, similitud,
aprecio, etc. El ser humano puede tener
afinidad sin sentir afecto, por ejemplo,
hacia un color determinado, un objeto o
un tipo de música. No puede, en cam-
bio, sentir afecto sin afinidad.
Afecto, entonces, sería un sinóni-
mo de ayuda; y así lo postulan los
autores: “El problema es que se sue-
le pensar que el afecto es un fenó-
meno no-material, intangible y no
mesurable, lo cual acarrea numero-
sos errores y perjuicios, ya que no es
verdad. Comprender y aprender que
el afecto es un fenómeno material,
Los afectos: tiempo bien invertido
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