Page 19 - TOMO5
P. 19

“Los hombres son solo parcialmente racionales, y es indudable que la emoción es la fuerza dinámica
de la inteligencia”. Harold Laski
Es decir, este tipo de inteligencia
es la capacidad para identificar tan-
to los sentimientos y emociones pro-
pios y ajenos como la habilidad que
tengamos para manejarlos.
Es indiscutible que lo que senti-
mos —o nuestros estados de áni-
mo— influye de manera sustancial
a la hora de pensar, de comprender,
de analizar y, por supuesto, de ac-
tuar. Reconocerlos nos permitirá
“pensar con claridad”.
Un mundo en relación
Pero no solo nuestras propias emo-
ciones influyen cuando nos rela-
cionamos con los demás. Poder
percibir cuáles son los estados aní-
micos de los otros también es tarea
de este tipo de inteligencia que, al
fin y al cabo, tendrá una respon-
sabilidad suprema para el buen
desarrollo del resto de nuestras
inteligencias.
Los ejemplos cotidianos sobran.
¿Cuántas veces un entusiasmo mo-
mentáneo nos ha empujado a com-
prometernos con proyectos o tareas
que luego se transforman en una
pesada carga por falta de tiempo?
¿Cuántas veces una circunstancial
depresión o tristeza nos hizo pasar
por alto una posibilidad o una pro-
puesta que nos hubiera beneficiado?
Y con respecto a nuestros seme-
jantes, ¿cuántas veces por ser inca-
paces de detectar la frustración que
embarga, por ejemplo, a nuestro
jefe por no haber recibido un au-
mento de sueldo, asumimos que las
palabras hostiles que nos dedicó en
un momento estaban relacionadas
con la baja calidad de nuestra tarea?
“Sepa actuar sabiamente en las
relaciones humanas”, decía Edward
Thordike, allá por 1920, cuando de-
finía el concepto de “inteligencia
social“, precursor de la inteligencia
emocional. Se refería, al igual que
Goleman, a la habilidad para com-
prender y dirigir emociones propias
y ajenas.
¿Qué es la inteligencia emocinal?
Las emoCIones: una definICIón
Las emociones pueden definirse como
convulsiones del ánimo producidas por
deseos, ideas, recuerdos, pasiones, sen-
timientos y apetitos. Se manifiestan
como una conmoción orgánica relativa-
mente visible. Son, en verdad, estados
afectivos de mayor o menor intensidad
que se dan a conocer durante un breve
lapso de tiempo.
Contactar con las emociones, por
un lado, y ser capaces de provocar-
las, por el otro, son los dos instru-
mentos que habrán de permitirnos
actuar de la mejor manera posible,
liberar nuestras potencialidades en el
momento oportuno y lograr no solo
equilibrio emocional, sino los mejo-
17


























   17   18   19   20   21