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“Nada sobre esta tierra puede detener al hombre que posee la actitud mental correcta para lograr su
meta”. Thomas Jefferson
Capítulo 8
tividad. Si no tiene motivación, el
colaborador no logra nada y el gru-
po tampoco.
Pero conseguida una meta, el
reconocimiento por parte del líder
al desempeño de su subordinado
alimentará el ego de este, le hará
sentir más energía y ganas de vol-
ver al trabajo al día siguiente. La
motivación alimenta el triunfo, y la
alabanza lo vuelve a motivar, en un
círculo virtuoso.
Pero cuidado: motivar no siempre
significa alabar. A veces es distinguir
a alguien con la confianza, la pala-
bra, la explicitación clara y detallada
de la meta, propuesta como una la-
bor a desarrollar hombro a hombro.
El verdadero reconocimiento se
cumple cuando se logra crear una
verdadera comunicación entre el lí-
der y su seguidor. Como en la rela-
ción que se da entre un entrenador
y un deportista, ya que ambos bus-
can ganar una competencia, la co-
municación debe orientarse a cum-
plir objetivos realistas, desarrollar
al máximo las habilidades del cola-
borador, ayudarlo a crecer a mejo-
rar su desempeño y, en definitiva,
orientarlo de cerca hasta alcanzar el
objetivo deseado.
Esta retroalimentación, este cons-
tante flujo de energía y de traspaso
de conocimientos entre un líder y su
colaborador, es un proceso que no
tiene duración limitada en el tiem-
po. No puede surgir esporádicamen-
te, sino que debe convertirse en una
forma estable de relación. Es una
herramienta de uso cotidiano que
tiende a mantener al equipo unido,
comprometido y activo. Es una co-
rriente continua.
Muchos jefes y ejecutivos supo-
nen que con reunir a su equipo una
vez por año para evaluar los desem-
peños y repartir halagos o reproches
es suficiente. ¿Se imagina usted
educando a sus hijos mediante una
sola conversación anual, y dejar que
el resto del año se arreglen como
puedan?
El seguimiento atento y continuo
de un líder a su equipo es una tarea
de todos los días. Implica grandes
dosis de compromisos y de lealtad.
Solo así sabrá ser justo al momen-
to de repartir premios y castigos, pues
primero habrá sido justo consigo mis-
mo y con su tarea de motivar, incenti-
var, comunicar, seguir, estimular…
BIBLIOGRAFÍA
– Amorós, Eduardo: Comportamiento organizacional. En busca del desarrollo de ventajas competitivas,
Chiclayo, Escuela de Economía USAT, 2007.
– Castillo Córdova, Genara: “Las sanciones y su valor formativo“, El Tiempo, Bogotá, 2009.
– Dubrin, A. J.: Fundamentos de comportamiento organizacional, Madrid, Aula Magna, 2002.
– Peter, Tom y Robert Waterman: Le Prix de l´excellence, Buenos Aires, Granica, 1995.
– Soto, Eduardo: Comportamiento organizacional. Impacto de las emociones, México, Cengace
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