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“El genio comienza las grandes obras, pero solo el trabajo las acaba”. Petrus Jacobus
Capítulo 9
Un elemento determinante a te-
ner en cuenta es: ¿cuánto ponemos
nosotros para que el trabajo que
estamos efectuando, aunque no
sea totalmente de nuestro agrado,
no se vuelva tedioso, abrumador
o desmoralizante? Debemos tener
conciencia de que en los tiempos
que corren, cuando la inestabilidad
laboral es una realidad que recorre
al mundo, poder contar con un tra-
bajo es una de las bendiciones de
las que habla Norfolk. Asumirlo con
la mejor predisposición y hasta con
alegría es una excelente manera de
sentirnos mucho mejor con lo que
estamos haciendo.
Un alto que rinde
“Refrigerio creativo”. Así se llama a una
exitosa experiencia que están llevando a
cabo varias importantes empresas en el
mundo. Se trata de hacer varios descan-
sos a lo largo de la jornada laboral para
ingerir un refrigerio. El método facilita el
esparcimiento y el intercambio creativo
entre los empleados, lo que propicia una
considerable alza en el rendimiento.
Pero así como hay quienes es-
tán insatisfechos con su trabajo
hay otros que, en apariencia, han
hecho del mundo laboral su único
universo. Son los “adictos al traba-
jo”, como lo definió la psicología.
Tampoco esta actitud es saludable.
Quienes viven para trabajar, en
lugar de trabajar para vivir, dejan de
lado una parte sustancial de la vida;
la misma, en todo caso, que habrá
de reponerles las energías necesa-
rias para volver al trabajo y la que
alimenta el alma de cada persona:
los afectos, el ocio, la diversión.
“Cada cosa en su medida y ar-
moniosamente”, proclamó el filó-
sofo Aristóteles. Intercalar trabajo
y diversión nos hace ricos de espí-
ritu. ¿Y de bolsillo? También. No
hay riqueza material espontánea;
solo hay la concreta bendición del
trabajo acumulado que se torna en
bienes monetarios.
¿Es usted adicto al
trabajo?
Como antes mencionamos, la híper
exigencia y las presiones del actual
mundo laboral han convertido a
muchas personas en verdaderas má-
quinas de trabajar, que hallan en lo
que debe ser una ocupación tempo-
ral el verdadero sentido de sus vidas.
Workaholic es el término anglosajón
aplicado para definir a estos adic-
tos al trabajo, y nació en los años
ochenta, cuando aparecieron los
llamados yuppies (young urban pro-
fessionals), jóvenes que hacían del
ascenso y la competencia laboral su
razón de vivir.
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