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“A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una...”.
Antonio Machado
Ejemplo y técnicas
En la física existe un ejemplo que los
profesores suelen presentarle a sus
alumnos como problema: sobre un
piso de madera flotante (o sea, que
no está apoyado sobre una base) se
para una mujer de 52 kg que usa ta-
cones altos, y el tacón rompe la ma-
dera. Luego, quien se para sobre el
mismo piso es un hombre que pesa
75 kg, con los habituales zapatos
masculinos, y el piso no se quiebra.
Si el hombre era más pesado que la
mujer, ¿por qué ella fracturó la ma-
dera y él no?
La respuesta es simple, aunque en
general suele ser un dilema para los
alumnos. La mujer rompió la made-
ra porque sus 52 kg se concentraron
en 1.5 centímetros cuadrados, que es
la superficie del tacón femenino.En
cambio, los 75 kg del hombre,se re-
partieron en 7 centímetros cuadrados,
medida del tacón masculino. En la físi-
ca, y también en la vida cotidiana, eso
se llama concentración de fuerzas.
La concentración, sin embargo,
no es una función natural de la men-
te: debe, por el contrario, adquirirse;
requiere un trabajo hacia dicha di-
rección. Para ello existen técnicas,
algunas de las cuales habremos de
enumerar a continuación:
Unificar acción y
pensamiento
Es muy habitual, en la vida cotidia-
na, que comencemos a hacer una
tarea mientras seguimos pensando
en algo que nos ocurrió un momen-
to antes. Grave error. Acción y pen-
samiento deben marchar juntos en
pos de un objetivo, por lo que cuan-
do se da la situación precedente, la
equivocación lo estará esperando
con los brazos abiertos. Resuelva
primero lo que ocupaba su mente, y
luego comience la nueva tarea.
Eliminar los tics
Supuestamente en forma incons-
ciente, muchas personas llevan a
cabo acciones sin utilidad mientras
están trabajando o estudiando: ha-
cen tronar los dedos, entrechocan
las rodillas, se muerden los labios, se
acomodan el pelo, etc. Son hábitos
(malos) que contrariamente a lo que
se cree, exigen que nuestra mente
se ocupe de ellos, restando ener-
gías y potencia a la labor principal.
Procure erradicarlos de una vez por
todas. Le tomará tiempo y esfuerzo,
pero valdrá la pena cuando lo haya
logrado.
Evitar tensiones
Concentrarse en un objetivo requie-
re disciplinar a la mente para que
concentre toda su potencialidad en
ello. Dicha tarea exige un cierto gra-
do de energías puestas al servicio
de evitar dispersiones. Un estado de
tensión (nervios, falta de sueño, po-
siciones incómodas, preocupaciones
diversas) también consume energías.
Intente relajarse antes de comenzar
Saber focalizar
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