Page 177 - FANTASTICOS SUENOS
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Todos los días, el ruiseñor embelesaba a sus vecinos con sus
maravillosos gorjeos. Un gorrioncito, atraído por tan melodiosa
voz, se acercó a la ventana del ruiseñor y le dijo:
—¡Eres el mejor! Lo que me asombra es que un discípulo como
tú tenga por maestro a un instrumento que ni siquiera puede
imitarte. Todo lo que el organillo es, te lo debe a ti.
—Aunque es posible que eso sea cierto —contestó el ruiseñor—,
debo aclararte que si el organillo aprendió algo de mí, yo también
me he beneficiado de él.
—¡Qué tontería estás diciendo! —replicó el gorrión.
—Te explicaré: cuando a veces lanzo gorjeos caprichosos,
intentando encontrar nuevas formas de expresarme, el organillo
me corrige y, por lo tanto, me enseña. Para progresar, siempre
debes acatar lo que tu profesor te indica.
MORALEJA MORALEJA
Nadie sabe tanto Nadie sabe tanto
como para desdeñar como para desdeñar
lo que otros puedan lo que otros puedan
enseñarle. enseñarle.
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