Page 109 - FANTASTICOS SUENOS
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acabarán los relatos de mis aventuras. Sin embargo, se me acaba
de ocurrir una idea —continuó—: los llevaré conmigo a La tierra de
nunca jamás. ¿Les gustaría acompañarme?
—¡Sí! ¡Qué magnífica invitación! —contestaron los niños.
Entonces, Peter Pan le pidió al hada Campanita un poco de su
polvo mágico de estrellas y lo esparció sobre las tres cabecitas;
luego les aconsejó que cerraran los ojos y pensaran en cosas
divertidas. Segundos después, Peter exclamó:
—Queridos amiguitos… ¡ya pueden volar!
Londres se veía hermoso desde arriba, y aunque en el resto del
viaje divisaron paisajes increíbles, lo mejor de todo fue contemplar
el arco iris, las cascadas, las sirenas cantando
en una laguna… y el campamento
indio. ¡Sí, ya habían llegado a La
tierra de nunca jamás, porque
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