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EJERCICIOS
De los sentidos, las emociones y los deseos
Conocemos porque sentimos. Sentimos porque conocemos. Superan-
do la noción de prótesis o extensiones planteada por Regis Debray, los
sentidos son más que prolongaciones de un adentro que permiten el
contacto, es decir, el poder tocar a los otros, son procesos de exterio-
rización condicionados por aprendizajes provenientes de la cultura.
Se aprende a sentir de maneras distintas en contextos distintos, así se
utilice el mismo cuerpo. En ello, el estudio disciplinar de las neurocien-
cias traza una coincidencia con las ciencias sociales, y principalmente
con algunos enfoques de los estudios estéticos, al ubicar fundamen-
talmente las emociones adentro.
En su texto: El cerebro y el mundo interior. Una introducción a la neu-
rociencia de la experiencia subjetiva, los autores Mark Solms y Oliver
Turnbull, definen las emociones como modalidades sensoriales dirigi-
das internamente, por lo que sólo uno puede sentir sus emociones, y
lo que se percibe cuando se siente una emoción es una respuesta sub-
jetiva a un suceso, más no el suceso en sí. La emoción es una percep-
ción del estado del sujeto, no del mundo objetivo, por tanto, conclu-
yen, el mismo suceso puede atemorizar a una persona y a la otra no.
Sin embargo, es importante subrayar una crítica que se le puede ha-
cer a las neurociencias al señalar que el asunto de las emociones se
circunscribe fundamentalmente a la mera condición individual, sub-
jetiva en su acepción más cerrada, y que por tanto, aquello que todos
podamos sentir ante determinadas circunstancias o acontecimientos
tendría su explicación desde lo meramente neurobiológico, dejando
en un segundo plano el papel que la cultura y lo social juegan en la
elaboración de los sentidos, las emociones y los deseos.
Las emociones y los sentidos son así también huellas, gramas, de los
acontecimientos que marcan el cuerpo, pero simultáneamente predi-
cen los acontecimientos, los anteceden, los intuyen. Cuando se piensa
se siente. Cuando se siente se piensa en algo, así ese algo, ese objeto
del pensamiento y del sentimiento no esté claramente definido en el
lenguaje.
Las emociones, los sentidos y los deseos están ligados a los aconte-
cimientos y, en consecuencia, a la acción. Como sentimos actuamos,
como actuamos sentimos, he ahí uno de los centros explicativos desde
la estética que sostiene la teoría de los imaginarios, que no puro ins-
tinto o puro lenguaje, entiende la potencia actancial que producen
los deseos-imágenes colectivas que llevan a las acciones comunes des-
de la coincidencia de percepciones individuales.
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