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una llama enorme iluminó el campamento. Con el
hocico tomó una brasa y se alejó rápidamente.
La gran luz que salió de su cola despertó al
guardia del fuego y a todo el ejército. Una lluvia
de flechas persiguió al generoso animalito.
Moribundo, recogió la brasa y la guardó en su bolsa.
Por fin, herido y exhausto, el tlacuache llegó hasta el
lugar donde estaban los otros animales y los huicholes.
–¡Miren todos, es el tlacuache! –dijo el armadillo.
Allí, ante el asombro y la alegría de todos, depositó
la brasa que guardaba en su bolsa. Todos sabían que
tenían que actuar rápidamente para que el fuego
sobreviviera, así que levantaron una hoguera con zacate
seco y ramas. Arroparon al fuego, lo apapacharon y
lo alimentaron. Pronto creció una hermosa llama.
Después de curar a su héroe, los huicholes bailaron
felices toda la noche. El generoso animal, que tantas
peripecias pasó para proporcionarles el fuego,
perdió para siempre el pelo de su cola; pero vivió
contento porque hizo un gran beneficio al pueblo.
VOCABULARIO
532 palabras
peripecias: Cambio
repentino de
situación debido
a un accidente
imprevisto que
altera el estado
de las cosas.
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