Page 73 - 5 Beneficios de la salud emocional
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“El éxito es algo que siempre nos hace sentir bien, algo que saca el máximo provecho
de nuestro potencial y que contribuye al bien de la sociedad”. Tom Morris
ber accedido al principal: el de haber
alivianado su senda con sonrisas.
A bUEn entendedor...
Pedro Muñoz Seca (1881-1936) fue
un muy exitoso dramaturgo espa-
ñol. Es cierto que recibió muchos
golpes de la crítica, sobre todo de
aquellos que no le perdonaban su
innegable aceptación popular. La
gente, en efecto, memorizaba par-
te de sus textos y los traía a cola-
ción en sus charlas cotidianas. Su
obra más famosa es La venganza
de Don Mendo. Su nieto contó una
anécdota que pone de relieve su se-
guridad y el buen uso que hacía del
humor para reafirmarla y reafirmar-
se. En cierta oportunidad, Muñoz
Seca recibió una carta con membre-
te del Ministerio de Cultura de Es-
paña. Era el propio ministro quien
le decía, entre otras cosas: “Esti-
mado señor: Sin duda, es usted un
escritor de gran popularidad, por lo
que resulta especialmente lamenta-
ble que a menudo el lenguaje em-
pleado en sus obras sea tan vulgar
y malsonante…”.
El dramaturgo podría haberse
indignado o podría haberse sentido
apocado por el cargo de quien le
criticaba. Sin embargo, salió por el
lado del humor y le respondió: “Es-
timado señor ministro: En este mis-
mo instante, tengo su carta delan-
te; en breves momentos la tendré
detrás”.
El principio y el fin
A menudo los grandes hombres (y
es grande quien confía en sí mismo,
mira la vida con optimismo y descu-
bre la gracia en la contrariedad) de-
ben soportar a aduladores o a gente
simplemente pesada que se siente
bien importunando a los notables,
como si en el diálogo ellos fueran
los protagonistas solo por merecer
la generosa paciencia del otro.
De cara al futuro: los ganadores sonríen
Una enseñanza de Salomón
Salomón, último rey de Israel, fue uno
de los hombres más ricos, más podero-
sos y, sobre todo, más sabios que dio la
historia de la humanidad. A propósito
de la alegría y el sentido del humor el
monarca decía: “Un corazón alegre nos
hace tanto bien como una medicina,
mientras que un espíritu quebrado nos
seca hasta los huesos”.
El escritor Alejandro Dumas padre
(1802-1870), célebre autor de obras
como Los tres mosqueteros, era
mestizo. En una de las tantas fies-
tas a las que debía acudir en París,
tuvo que alternar con uno de esos
pesados de los cuales hablamos más
arriba, que para colmo se expresaba
tan alto como podía, creyendo que
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