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En la tradición china, con las niñas se practica-
ba el rito de iniciación de los pies vendados, o
también llamado”pies dorados” o “pies de flor
de loto”, costumbre en la que eran encerradas
en una habitación y las madres les cortaban
las uñas de los pies y se los vendaban aunque
tuvieran dolor. Esta práctica se prohibió en
China en 1911, pero fue en 1957 cuando se
practicó por última vez.
Sólo para curiosos
La circuncisión es la extirpación o
corte del prepucio del pene, lo que
deja al descubierto el glande.
Se practica por creencias religiosas,
culturales o médicas.
La testosterona, esta hormona aso-
ciada con la masculinidad, también
es producida en el cuerpo femenino
y es responsable del deseo sexual
en ambos casos.
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Cambios emocionales
Cada cambio físico que sufre el púber conlleva
un confuso problema de identidad y acep-
tación. Muchas veces los cambios físicos los
avergüenzan y les cuesta aceptarlos.
El púber y sus relaciones familiares
En ocasiones se sienten incomprendidos
y confundidos porque los padres muchas
veces los critican por sus cambios físicos o su
comportamiento. Sólo les dan instrucciones
de cómo deben ser y no siempre los escuchan.
Es necesario ser sinceros, pacientes y abiertos
para ganar su confianza y poder ayudarles
positivamente a superar todos sus conflictos.
El púber ante el grupo
En esta etapa se debe considerar un aspecto:
la competencia. Los muchachos buscan un
líder que reúna las características físicas que
ellos desean para sí, y al que procuran seguir e
imitar. Para ellos es muy importante el aspecto
físico como la estatura, la virilidad, la fuerza,
el vello corporal, la voz fuerte y, finalmente, el
tamaño de los genitales.
El temor ante el otro sexo
Los hombres en esta etapa experimentan
distintos sentimientos. Por un lado se sienten
superiores a las chicas por el hecho de ser
hombres (debido al proceso de autoafirma-
ción como individuos sexuales y por tradición
cultural) y lo demuestran exhibiendo sus
cualidades.
Las mujeres también quieren llamar la aten-
ción de los muchachos con ropa y adornos en
la cabeza, manos u orejas. Empiezan a desa-
rrollar sus dotes de coquetería.
Unas como otros se esfuerzan por llamar la
atención de las o los jóvenes, sobre todo de
la que consideran más bonita o más fuerte
y guapo.