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“A veces, pensar dos veces ya es demasiado”. Confucio
Capítulo 11
rarse del bebé de su compañera de
cuarto y sostener que era el suyo, y
que el muerto era el de la otra. La
puja entre ambas madres no tardó
en surgir y tal fue el alboroto que el
caso fue llevado ante el mismo rey
Salomón, famoso por su inteligen-
cia, sabiduría y recto juicio.
Cada una sostuvo ante el rey su
condición de madre del hijo vivo.
Salomón escuchó los testimonios de
una y otra, ambos teñidos de deses-
peración y de aparente sinceridad. Él
era quien debía resolver el problema
y dictar sentencia. ¿A quién de las
dos mujeres debía reconocer como
madre legítima? Entonces surgió su
carácter de líder.
Salomón pidió que le llevaran
una espada, y el auditorio, ante esa
sola orden, palideció. Ordenó luego
que partieran al niño por la mitad y
dieran una parte a cada madre; así,
cada una tendría al menos la mitad
de lo que reclamaba y ninguna po-
dría considerarse del todo perdedo-
ra o ganadora.
Todo se disponía ya a que se die-
ra el tajo mortal. Una de las mujeres
pareció aceptar el veredicto, pero la
otra, llorando, pidió por favor que
no cortaran al niño y le cedió a su
rival el derecho de conservarlo. “Esa
es la verdadera madre”, sentenció
Salomón. “Entréguenle el niño”.
El problema había sido resuelto
con ingenio y rapidez, y se dice que
“todo Israel supo la sentencia que
el rey había pronunciado, y todos
lo respetaron, viendo que había en
él una sabiduría divina para hacer
justicia”.
Modelo
Recordando el ejemplo de Alejandro
Magno, el rey Fernando el Católico, de
España, incluyó en su escudo de armas
un yugo, una soga suelta, y el lema
“Tanto monta cortar como desatar”.
Esto significaba que el monarca estaba
dispuesto a actuar sin dilaciones ni du-
das y a hallar la solución más inmediata
a los problemas que sus súbditos sólo
podrían ver como insolubles. ¿No es esa
la labor de un líder?
Respuestas creativas
Sin ser Salomón ni Alejandro Mag-
no, a menudo uno debe sortear
problemas que requieren una solu-
ción tajante, que los demás no ven
porque se atan a las respuestas ha-
bituales. Siempre, indefectiblemen-
te, ante una indecisión colectiva, los
ojos se vuelven hacia el líder, que en
gran medida lo es por saber dar esas
respuestas. ¿Qué virtud es la que en-
tonces se pone en juego? Pues la de
la creatividad. Alex Osborn, un gran
publicista estadounidense, dijo al res-
pecto: “Todo el mundo posee cierta
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