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cantidad en vez de calidad. ¿Qué
había ocurrido?
El grupo 1 se dedicó a trabajar y
producir, sin demasiado tiempo para
reuniones “creativas”. Las piezas
que salían mal o se rompían eran rá-
pidamente dejadas de lado para em-
pezar otras nuevas. Eso sí, el error
dejaba una enseñanza que rápida-
mente era considerada en la elabo-
ración de la siguiente pieza.
Mientras tanto, el grupo 2 se de-
dicó a organizar varias reuniones
para intercambiar ideas acerca del
arte y de la mejor manera de elabo-
rar la vasija pedida. El resultado fue
una pobre pieza de arcilla y muchas
anotaciones en los cuadernos.
Como dice John Maxwell en El
ABC de la actitud: “No importa si los
objetivos que uno tiene están en el
arte, los negocios, los deportes o las
relaciones. La única forma de salir
adelante es fallar al principio, equi-
vocarse a menudo y volver a fallar”.
Ya lo dijimos al comienzo: la clave
es la actitud que usted tenga ante la
adversidad y los problemas.
Aprender de los otros
Es maravillosa la sabiduría escondida
en los cuentos sufís. En ellos vemos
reflejada esa preocupación del hom-
bre por enfrentar la adversidad con
discernimiento. El sufismo es una fi-
losofía de vida, no una religión o un
culto, por lo que sus relatos son re-
veladores para todos, sin excepción.
Leamos dos historias atribuidas a
Dividir los problemas
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