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“El valor es hijo de la prudencia, no de la temeridad”. Pedro Calderón de la Barca
Capítulo 12
so como los recursos económicos.
El día dispone de una cantidad ina-
movible de horas que debemos
distribuir entre determinadas acti-
vidades: dormir, comer, descansar,
compartir con la familia y amigos
y, por supuesto, trabajar (primera
fuente de recursos económicos).
Surge, entonces, un dilema muy
propio de nuestro tiempo: nos cen-
tramos en satisfacer la mayor can-
tidad de necesidades postergadas y
—haciendo un juego de palabras—
postergamos nuestra vida social,
familiar y nuestro descanso, o nos
convertimos en administradores efi-
cientes de nuestra economía familiar
y repartimos saludablemente nues-
tro tiempo entre todo lo que en ver-
dad necesitamos, aunque no tenga
el brillo de un automóvil flamante.
Administrar con sabiduría es y
fue el mayor motor que impulsó el
progreso no solo del hombre como
individuo, sino de los pueblos y las
naciones. No es casual que la fábula
de la hormiga y la cigarra haya pa-
sado de generación en generación
con la misma potencia educativa.
Ningún ingreso será lo suficiente-
mente alto para quien administra
mal los recursos. Jamás alcanzarán
las horas del día para quien gaste
más de lo que gana.
Ni tanto, ni tan poco
“Cuando una pareja se formaliza y se
plantea la vida en común, deben ser
claros sobre la situación económica
de cada uno, sus ingresos y ahorros,
y aunque les parezca poco romántico,
deben determinar con claridad y preci-
sión cómo desean administrar el dine-
ro cuando vivan juntos.
“Es importante observar antes del
matrimonio el comportamiento de
nuestra pareja ante el dinero y la impor-
tancia que le da tanto al dinero como a
las cosas materiales, ya que existen de-
terminadas actitudes que por lo gene-
ral traen problemas en la convivencia.
“Por un lado están aquellas perso-
nas tacañas a las que hay que justifi-
carles todos los gastos y a las que la
mayoría de ellos les parecen innecesa-
rios, o aquellas otras que realizan con-
tinuamente compras despilfarrando
de esta forma el dinero. Son personas
que viven al día e incluso se endeudan
sin necesidad…
“Por lo tanto es importante darle al
dinero su valor justo, ni obsesionarse ni
trivializarlo, ya que, aunque no hace la
felicidad, sí puede facilitar o complicar
el día a día y la convivencia”.
Trinidad Aparicio Pérez
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