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“Si el hombre fuera perseverante, sería perfecto”. William Shakespeare
una de las mayores obras periodís-
ticas de las últimas décadas, contó
una vez que en los comienzos de su
profesión fue rechazado como cola-
borador del periódico que publicaba
la Universidad de Princeton, en la
que estudiaba.
Pongamos el fuego
Como se ve, perseverar entusiasta-
mente es una de las fórmulas que
han llevado a la humanidad a su-
perar los caminos más escarpados y
alcanzar la cumbre a pesar de todo.
El hombre descubrió el fuego por
casualidad, pero pronto advirtió que
aquel hallazgo podía transformar y
mejorar sustancialmente su vida. Se
entusiasmó con el descubrimiento y
se decidió a repetirlo, ahora de for-
ma consciente. No era fácil, había
que reproducir una técnica que él
no había inventado. Sin embargo, el
enorme entusiasmo lo llevó a perse-
verar en el intento. Cuando logró su
objetivo, toda la humanidad había
dado un sideral paso hacia el futu-
ro. Producir y controlar el fuego fue
uno de los éxitos más trascendentes
en la historia de la evolución huma-
na, pues supuso poner en acción
esos dos atributos sustanciales del
carácter.
Desde luego que tanto el entu-
siasmo como la constancia no sur-
gen ante cualquier objetivo. Al igual
que en otras áreas de la conducta
humana de las que ya hemos habla-
do o hablaremos, el logro que nos
hemos propuesto alcanzar debe ser
el deseado; debemos necesitarlo y
sentir un fuerte compromiso con él.
Si este marco previo existe, el en-
tusiasmo se encargará de poner el
fuego y el impulso que se requiere,
y la perseverancia aportará la firme-
za, el tesón y la paciencia para con-
tinuar en el camino elegido, más allá
de inconvenientes y dificultades.
Entusiasmo y perseverancia
La voz del artista
Jorge Luis Borges fue uno de los más
grandes y prolíficos escritores argenti-
nos, autor de numerosos libros de poe-
mas, de cuentos y ensayos. Sin embar-
go, Borges jamás escribió una novela.
Cuando se le preguntó si el género no
era compatible con sus necesidades li-
terarias, respondió con la simpleza de
la sabiduría: “No soy perseverante, eso
es todo”.
“Con perseverancia y te-
nacidad se obtiene lo que
se desea; la palabra impo-
sible no tiene significado”.
Napoleón Bonaparte
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